Se necesita mucha agua para producir los alimentos que comemos, la energía que usamos y todas las cosas que compramos. Siga los consejos que indicamos más abajo para ahorrar agua y reducir así su consumo mientras cocina. Allí encontrará muchas maneras de reducir su huella hídrica.
No deje la llave abierta innecesariamente mientras está cocinando, ya que estará dejando correr agua limpia (así como energía y dinero) por el desagüe.
Instale llaves de bajo flujo en su fregadero. Las convencionales dejan fluir alrededor de 5 galones por minuto, mientras que las de bajo flujo dejan correr sólo 1.5 galones por minuto.
Lave las frutas y verduras en un tazón grande o una tina de agua y frote con un cepillo vegetal en lugar de usar su llave y desperdiciar agua.
¡Piense en el futuro! No use agua para descongelar alimentos. Por el contrario, déjelos en la nevera durante la noche.
Hierva alimentos con tan poca agua como sea posible para ahorrarla, y al hacerlo también ahorrará gas en su estufa. ¡La pasta y las patatas sólo necesitan un poco de agua para sumergirse! Además, con menos agua obtendrá más sabor y más nutrientes en sus verduras.
Use el agua con la que hirvió sus alimentos para regar sus plantas. Claro, ¡hay que dejarla enfriar primero!
Ponga su olla al vapor en la parte superior de su olla de arroz, patatas o pasta, así podrá hervir sus vegetales, y estará cociendo dos cosas a la vez. ¡Ahorrará agua y tendrá menos platos que lavar!
Mantenga una botella o una jarra de agua potable en el refrigerador en lugar de abrir la llave para enfriarla cada vez que desee beber agua.
Tenga en su cocina un balde o jarra para reunir los restos de agua potable, agua usada con que enjuagó las verduras o hirvió sus alimentos. Cuando sea tiempo de regar sus plantas o jardín, utilice esa agua “reciclada.”